lunes, 13 de octubre de 2014

TULIPOMANÍA




                Tulipomanía, 
                En pleno siglo XVII , el botánico Carolus Clusius dejó su acomodado puesto en los Jardines Imperiales para dedicarse al cultivo de una exótica planta procedente del lejano Imperio Otomano. Esta planta era el tulipán, los cuales si eran cultivados en Holanda sufrían variaciones en su apariencia, naciendo así los tulipanes multicolores, exóticos y caros. Clusius comenzó a cultivar estas extrañas variedades en secreto hasta que una noche sus bulbos fueron robados. A los pocos meses esta planta circulaba por el mercado holandés. 


                Dichas  flores se convirtieron en una moda en todas los jardines de la alta nobleza holandesa. Lo aleatorio de su color contribuía a elevar cada vez más su precio, las flores de colores menos comunes eran más demandas, y en consecuencias más cara, por lo que paulatinamente el precio comienza a elevarse. Una nueva locura llamada Tulipomanía se apoderó de todos los holandeses quienes eran capaces de vender sus mansiones a cambio de un bulbo de tulipán.


                 Todo valía para comprar tulipanes, hipotecaban casas, vendían propiedades, trabajaban gratuitamente hasta 15 años por un solo bulbo. Los pequeños inversores comenzaron a subirse al carro de los tulipanes, produciendo así el disparo definitivo de los precios del bulbo del tulipán. Llegó a tal punto que ya no vendían bulbos físicos, si no el bono sobre un teórico tulipán, comenzando así con la especulación. Sus beneficios era exorbitantes, todo eran ganancias y lujos hasta el trágico 5 de febrero de 1637. Las malas cosechas de este año produjeron tensiones entre los inversores y se empezó a desconfiar de las garantías que se habían aportado hasta entonces en los tulipanes. Llego un momento en que ningún comprador pareció dispuesto a desembolsar las fortunas que antes se pedían por ello. Los precios cayeron en picado, dejando a todos aquel que había invertido en la flor en bancarrota, a las pocas semanas Holanda entraba en quiebra. Las medidas cautelares que se tomaron fueron leyes que anulaban las deudas contraídas y los juzgados  se colapsaban de acreedores, sin embargo para algunos era demasiado tarde. Esta crisis destrozó la economía holandesa la cual necesitó una generación para recuperarse de las consecuencias de la explosión de esta burbuja. Pero no todo se perdió en el olvido, Los Países Bajos se convirtieron en el mayor exportador mundial de flores.

   ¿Por qué los inversores llegaban a pagar esas grandes sumas por simples bulbos?¿Y por qué continuar si ni siquiera habían llegado a ver con sus propios ojos el objeto de su transacción? Esto sucedió por lo que hoy llamamos burbuja especulativa, fenómeno desconocido en la época ya que jamás se había dado con anterioridad, siendo esta la primera. Pero... ¿qué es una burbuja especulativa? "Una burbuja especulativa consiste en el incremento desproporcionado del precio corriente del producto, de forma que dicho precio se aleja sustancialmente de su valor teórico. Surge como consecuencia de la especulación, y se mantiene hasta que finaliza la euforia y cambian las expectativas de los inversores, que pierden la confianza en el mercado. Lo cual genera un período de pánico financiero en el que los agentes corren a vender lo adquirido con el objetivo de minimizar sus pérdidas o de obtener beneficios, creando una caída repentina y brusca de los precios del objeto de la especulación, que en determinadas circunstancias puede ocasionar un crac, destruyendo gran cantidad de riqueza y produciendo un malestar continuado."


  Ciertamente, el caso de Holanda nos llevo a la crisis mundial que vivimos actualmente, puesto que es derivada de una burbuja inmobiliaria, al igual que con los tulipanes, los precios de las viviendas estaban muy por encima de su precio real creándose así la especulación. Antes de 2007, pequeños y grandes inversores aprovechaban esta situación para hacer grandes fortunas basadas en la compraventa de inmuebles. Los bancos favorecieron esta situación concediendo créditos a todo aquel que lo solicitaba sin filtro alguno. Todo esto se mantuvo hasta que en 2007 estalló la burbuja inmobiliaria. Que al igual que el Holanda, la venta de pisos quedó estancada, dejando a muchos edificios en construcción parados, y un sector entero se vino abajo arrastrando consigo toda la economía global. Una vez más el ser humano tropezó con la misma piedra. 

               
           

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